Mons. Francisco Ceballos, obispo redentorista, presente en la liberación de un secuestrado en Colombia

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Mons. Francisco Antonio Ceballos Escobar, C.Ss.R. Obispo de Riohacha (Colombia)*

ASÍ CELEBRÉ LA FIESTA DE LA FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN

Conocida la noticia del secuestro de Luis Manuel Díaz, padre del famoso jugador colombiano Luis Díaz, quien milita en el equipo Liverpool de la liga inglesa de futbol, el mundo entero siguió este desagradable episodio con especial atención y preocupación; además de indignación, porque el secuestro es una fragante violación de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario.

Las fuerzas del Estado de manera inmediata se movilizaron al rescate del secuestrado, por orden del señor presidente de la Republica de Colombia; hasta el mismo Director de la Policía Nacional, el General Salamanca, asumió la operación de la liberación de Luis Manuel, con sus mejores hombres y mujeres de la institución policial, acompañado del ejército Nacional. La Fiscalía General de la Nación, por otro lado, se dio a la tarea de buscar a los secuestradores, con resultados inmediatos.

Este acontecimiento movió a los creyentes en Dios a elevar súplicas fervientes para alcanzar la pronta liberación de “Mane”, pues desde la fe se tiene la certeza, de que si bien las mediaciones humanas son importantes para lograr nuestros propósitos, no son suficientes, pues falta el ingrediente de la Gracia, es decir de la ayuda de Dios, pues la fe nos da la certeza de que  “si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes” (Salmo 126,1). Si, esfuerzo humano y  gracia de Dios, que jamás deben faltar en la cotidianidad de la vida del creyente.

El 9 de noviembre, estando en Valledupar, me levanté dándole gracias a Dios por los 291 años de fundación de mí Congregación, por mi vocación redentorista y por el carisma de la redención copiosa; pero también le di gracias a Dios por la misión que en nombre de la Iglesia estaba pronto a emprender: servir de mediador para lograr la libertad de un ser humano que estaba bajo del yugo del secuestro. En la oración de Laudes pensé que esta era una manera muy particular, además, muy redentorista, de celebrar un aniversario más de la fundación del Instituto. El texto bíblico fundación me confirmaba que como Jesús también estaba siendo llamado “a proclamar la liberación a los cautivos… para dar la libertad a los oprimidos” (cf. Lc. 4 18). 

Desde las montañas de la sierra del Perijá, límites con Venezuela, La ONU y la Iglesia Católica, dimos un parte de vitoria al mundo: Luis Manuel había sido liberado. Y todos, tanto en Barrancas, tierra natal del secuestrado, como en el mundo entero se celebró con alborozo su liberación, aunque los efectos físicos y psicológicos del secuestro continúen en Luis Manuel. Difícil sanar los efectos que quedan del secuestro, pues sus recuerdos perdurarán en su memoria durante toda su vida. 

Al terminar el día 9 de noviembre, me voy a dormir cansado, pero con la satisfacción del deber cumplido. Al momento de la oración de Completas hago el compromiso de seguir orando por la pronta liberación de los 241 secuestrados anónimos que aún permanecen en manos de sus captores.

Después de este episodio, al gobierno colombiano le asiste el compromiso de usar las instituciones armadas, sus organismos de inteligencia y, por supuesto, el diálogo con los captores, llámense como se llamen, para lograr liberar a todos de las manos de los secuestradores, porque en Colombia no pueden existir secuestrados de primera y de segunda clase, pues todos son humanos y colombianos, sin importar su condición o estrato social, por lo cual merecen que se hagan esfuerzos para alcanzar su pronta libertad.  

A los secuestradores les pido que entiendan que el ser humano no es una mercancía, no es un medio para satisfacer necesidades. A ellos, Colombia entera les pide que los liberen a todos. Mientras esto ocurra seguiré elevando súplicas a Dios, hasta que  la libertad de todos los seres humanos se nos vuelva costumbre.

Con la liberación de Luis Manuel celebré yo la fiesta fundacional de la Congregación del Santísimo Redentor, lejos físicamente de mis compañeros redentoristas de Uribia, pero muy cerca espiritualmente de los redentoristas del mundo.


Se puede leer una biografia de Mons. Francisco A. Ceballos Escobar, C.Ss.R. en:

Francisco Antonio Ceballos Escobar, C.SS.R. nombrado Obispo de Riohacha (Colombia)