Ecología y evangelización

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(del Blog de la Academia Alfonsiana)

La ecología tiene que estar presente en la evangelización de la Iglesia. Evangelizar es testimoniar una vida coherente con el evangelio, incluyendo nuestro comportamiento en el ámbito de la ecología. En efecto, “vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa”[1].

La perspectiva tiene que ser integral, pues formamos una gran familia y todo está relacionado. En consecuencia, “la acción de la Iglesia no sólo intenta recordar el deber de cuidar la naturaleza, sino que al mismo tiempo debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo” (LS 79; CV 51).

Ese anuncio evangelizador “abraza todas las dimensiones de la existencia” humana (EG 181). Comentando un texto de las Confesiones (X 6,8) de San Agustín, J. Moltmann muestra una espiritualidad encarnada, que incluye todos los sentidos.

“Cuando yo amo a Dios, entonces yo amo la belleza de los cuerpos, el ritmo de los movimientos, el brillo de los ojos, los abrazos, los sentimientos, los perfumes, los sonidos de esta creación variopinta. Todo quisiera yo abrazarlo cuando yo, Dios mío, te amo a ti, porque yo te amo con todos mis sentidos puestos en las criaturas de tu amor. Tú me esperas en todas las cosas que se encuentran conmigo”[2].

El evangelio de Marcos concluye con estas palabras: “Proclamad la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16,15), indicando así que el anuncio evangelizador se dirige también a las demás criaturas. La tierra “espera ansiosamente esta revelación” (Rm 9,19) y, anhelándola, su gemido se une al grito de los pobres y abandonados. Ambos son inseparables. El profeta Oseas lo expresa con estas palabras:

“No hay ya fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios en esta tierra; sino perjurio y mentira, asesinato y robo, adulterio y violencia, sangre que sucede a sangre. Por eso, la tierra está en duelo, y se marchita cuanto en ella habita, con las bestias del campo y las aves del cielo; y hasta los peces del mar desaparecen” (Os 4,1-3).

La evangelización no es tanto un proceso lineal de transmisión de contenidos, sino un proceso interactivo, dinámico, una búsqueda recíproca de las “semillas del Verbo” ya presentes en todos los hombres. Esa interactividad debe darse también, en cierto modo, con las demás criaturas, pues cada una de ellas “lleva en sí una estructura propiamente trinitaria” y, por tanto, podemos “leer la realidad en clave trinitaria” (LS 239).

Francisco de Asís ha vivido plenamente esta reciprocidad. Las criaturas “barruntaban el dulcísimo amor que sentía por ellas”[3]. Por otra parte, Francisco se beneficia de la ayuda que las criaturas le ofrecen. Uniéndose a su canto de alabanza, Francisco logra vencer su propia indignidad, porque “ningún hombre es digno de hacer de ti mención” (Cánt 2). En efecto, “nosotros, miserables y pecadores, no somos dignos de nombrarte” (Rnb 23,5), mientras que “todas las criaturas que hay bajo el cielo, de por sí, sirven, conocen y obedecen a su Creador mejor que tú” (Adm 5,2). Así pues, “con” todas las criaturas (Cánt. 3) y “por” medio de ellas (Cánt 5-9), Francisco alaba al Creador.

Todas las criaturas existen en el Amor divino y lo proclaman con el simple hecho de ser ellas mismas. Nosotros estamos llamados a unirnos a ese canto de alabanza, mientras intentamos anticipar la llegada de los cielos nuevos y la tierra nueva (2Pt 3,13).  

Martín Carbajo-Núñez, OFM


[1] LS 217. Parte del contenido de estospárrafos está tomado del número monográfico: M. Carbajo-Núñez, «“Proclamad la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16,15). Ecología integral y evangelización» (Número monográfico), en Frontera Hegian. Cuadernos de Formación Permanente de VR, n. 121/3 (2023) 91 páginas.

[2] J. Moltmann, Lo Spirito della vita. Per una pneumatologia integrale, Brescia 1994, 119.

[3] 1Cel 59. Abreviaciones franciscanas: Adm, Admonición; Cánt, Cántico del hermano sol; Rnb, Regla no bulada; 1Cel, Vida primera; en: Guerra J.A. (ed.), San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época, BAC, Madrid 2013.