Mes de mayo: celebración de la “Madre” y las madres. Acoger, cuidar, acompañar.

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Ilustración generada artificialmente (Midjourney)

Este mes del año, desde el punto de vista humano y religioso, ofrece dos motivos de celebración, tan presentes en muchas realidades socioculturales: el mes dedicado a María y el Día de la Madre. Por supuesto, este no es el caso en todo el mundo, aunque en gran medida sí lo es. En otros lugares, por motivos históricos, religiosos, geográficos y comerciales, o no existe el mes mariano o se celebra en otro mes, y el Día de la Madre -mucho más presente en casi todos los países- tiene diferentes fechas de celebración. Estos acontecimientos, tal como se presentan, nos permiten resaltar al menos dos cosas importantes al hacer teología.

En primer lugar, la variedad y complejidad de la realidad donde se entrelazan diferentes factores dándole diferentes significados a la existencia humana; y la teología debe partir siempre de una apertura y de una relación honesta con la realidad. En segundo lugar, que en la evolución de las circunstancias históricas resulta oportuno y necesario hacer aclaraciones críticas que permitan superar el olvido, la superficialidad y otros elementos deshumanizantes que pudieron adherir falsamente a estas celebraciones. Y ésta es la misión primera de toda teología, que, a partir de la sabiduría y del espíritu profético del Evangelio, sabe acoger lo mejor de nuestra humanidad y sabe ayudarla a liberarse de todo lo que pueda deshumanizarla. ..//

Quizás haya llegado el momento, ante el panorama mundial en el que el papel de las mujeres y las madres cobra por sí mismo un gran significado y debido a los lamentables acontecimientos de violencia de los que son víctimas, de poder contribuir a darle a esta memoria festiva un mayor significado humano-cristiano. ..//

Este mes recordamos y celebramos a María y a las madres porque ambas son y representan el significado más profundo de lo que el Dios-de-la-Vida quiere revelarnos a través de ellas como mujeres, madres y paradigmas de vida. María no es madre sólo por su concepción biológica, sino por su maternidad que acoge, cuida y acompaña la experiencia humana de Jesús. Sin duda contribuyó al ethos de la vida familiar cotidiana de Jesús. Fue una mujer diligente y creyente. ella fue la madre del autor de la vida, compartiendo su vida y su misión. Así, también las madres no son madres sólo por una mera relación biológica -hay diferentes maneras de ser madre-, sino viviendo su vida y su misión al estilo de María que acoge, cuida y acompaña la vida en su devenir. ..//

p. Antonio Gerardo Fidalgo C.Ss.R.

(El texto original completo en italiano está publicado en el Blog de la Accademia Alfonsiana. Las citas reportadas son una traducción libre de los editores de Scala News)