El Arzobispo José de Queirós Alves, miembro jubilado de la Congregación del Santísimo Redentor (CSsR), manifestó un compromiso dedicado en su ministerio episcopal, que vivió con celo misionero, dijo el Ordinario local de la Archidiócesis Católica de Huambo, Angola, sobre su predecesor inmediato.
En su homilía pronunciada el 4 de agosto durante la ordenación sacerdotal y diaconal en la parroquia de la Madre del Perpetuo Socorro de la archidiócesis de Huambo, Mons. Zeferino Zeca Martins SVD invitó a los candidatos al diaconado y al sacerdocio a emular a Mons. Alves, arzobispo emérito de Huambo, que comenzó su ministerio episcopal como obispo de la diócesis de Menongue, Angola.
El Arzobispo Alves, dijo, es un “modelo de dedicación, habiendo dejado las comodidades de Europa para servir en Angola, soportando las dificultades de la guerra y los desafíos del trabajo misionero”.
“Mirad el ejemplo de vida y celo misionero de vuestros mayores en la congregación”, dijo Mons. Zeca a los candidatos redentoristas, tres al sacerdocio y seis al diaconado.
Monseñor José de Queiroz Alves, misionero portugués, llegó pronto a la misión, trabajando incansablemente en la diócesis de Menongue y aquí en Huambo. Sufrió durante las guerras, visitó a los prisioneros y continuó sirviendo incluso en la vejez”.
Reflexionando sobre las siete décadas de presencia de los Redentoristas en Angola, el arzobispo Zeca reconoció las “significativas contribuciones” de los miembros de la congregación y su “constante compromiso con la evangelización y el desarrollo humano en la región”.
“Los 70 años de los misioneros redentoristas en Angola han dado grandes frutos. Sin embargo, la misión no ha terminado, continúa”, dijo el arzobispo verbita, añadiendo: “Debemos hacer mucho más para garantizar que todo ser humano, creado por Dios, sea tratado con dignidad”.
Animó a los Redentoristas de Angola a continuar su misión con “renovado vigor, adaptando sus estrategias de evangelización a las necesidades cambiantes del pueblo angoleño”.
El Arzobispo Zeca expresó su aprecio por el compromiso de los Redentoristas con la misión de Cristo, particularmente en Menongue, donde a menudo son la única congregación religiosa.
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Artículo de João Vissesse
