Muro Lucano celebra San Gerardo Maiella

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A las 18 horas del 24 de agosto, el fuerte sonido de los fuegos artificiales atrajeron a los habitantes de Murone, marcando el inicio de la novena dedicada a San Gerardo Maiella que se celebró en la concatedral de Muro Lucano, lugar de nacimiento de San Gerardo. El santo colocado junto al ambón, dispuesto a esperar a sus devotos, quienes en los nueve días de preparación a la fiesta patronal, escucharon ante él, se confiaron unos a otros, expresaron lo que tenían en el corazón: agradecimientos, pedidos de ayuda, bendiciones, súplicas. Gerardo ofreció a todos los fieles un tiempo de ENCUENTRO: encuentro con Jesús Eucaristía, encuentro con el padre misericordioso, encuentro con los enfermos y ancianos, encuentro con mujeres embarazadas, madres, niños, parejas que desean ser padres. De hecho podemos definir esto y no sólo aquellos puntos claves que constituyen la espiritualidad del Santo Hermano Redentorista y que él quiere transmitirnos.

El párroco, Don Tomás, invitó a los fieles a reflexionar sobre la figura de San Gerardo, estimulando el deseo de vivir eligiendo la santidad, como nuestro compañero Gerardo que vivió su infancia caminando por nuestras calles, frecuentando nuestras iglesias, encontrando a los Muresi de ese tiempo.

El 29 de agosto la comunidad Murese acogió al predicador redentorista padre Filippo: la presencia de los Redentoristas entre nosotros es siempre un tesoro. El Padre Misionero nos hizo saborear la espiritualidad Gerardina a través de sus homilías, su testimonio, su disponibilidad, su atención y nos recordó la importancia de la oración y de la escucha de la Palabra, en la vida cotidiana, a imitación de San Gerardo. La participación en la eucaristía de una tarde de la comunidad parroquial de Baragiano, lugar de nacimiento de Domenico Maiella, padre de Gerardo, que luego se mudó a Muro, fue muy sentida: queríamos fortalecer una vez más esta amistad y relación espiritual entre nuestras dos ciudades vinculadas al protector de Basílicata.

El 2 de septiembre, Muro Lucano se vistió de blanco y azul: flores, lazos, globos, imágenes del santo embellecieron nuestras calles y arreglos florales dieron color a la plaza frente a la catedral, en honor al “querido Gerardo”. A las 8 de la mañana, el repique de campanas y la banda anunciaron la alegría de la celebración a toda la comunidad del pueblo lucano. La imagen del santo fue llevada en procesión por callejones y barrios, acompañada de los cantos y oraciones de numerosos fieles y de la presencia de autoridades civiles y religiosas, y regresó a la catedral para la solemne celebración eucarística presidida por el arzobispo Davide Carbonaro. El prelado afirmó durante la homilía que “mientras nosotros lo rechazamos, Dios lo envió: ‘Para quitar la opresión, las acusaciones y las palabras impías’. San Gerardo Majella es hijo de esos residuos que genera nuestra humanidad. No hay lugar para él en la sociedad ni en la Iglesia. Son muchos los no que recibe. Pero él es el hombre del sí, fiel a Dios y a nosotros. Su fragilidad nos pertenece, al igual que la fuerza que proviene de su amor. Hay lugar para él en el corazón de Dios, en su proyecto que levanta a los pobres y humildes y los hace sentarse en su seno, como el pobre Lázaro en el seno de su padre Abraham (cf. Lc 16,22).

San Gerardo fue donado a esta tierra de Basílicata, como rescate por los pobres, orgullo de quienes cultivan la tierra con el sudor de su frente. La suya no fue una redención social, sino del corazón. No organizó protestas, no se defendió de humillaciones e insultos, no alardeó de derechos sociales, no quitó los ojos de encima a su pueblo. En la más extrema pobreza se puso al servicio de los pobres, porque comprendía lo que pasaba en sus corazones, y que la redención de un poco valía mucho más que la posesión de todo. Sin herramientas se convirtió en el instrumento para el alivio de los últimos […] Gerardo nos enseña a casarnos con la humanidad. Por eso, ante el total desinterés que lo rodea, responde: ¡Tú me interesas! ¡Me perteneces! ¡Hay lugar en mi corazón para ti y para la esperanza que cultivas en tu interior! Podemos decir que la estatura de Gerardo es muy alta, porque en él vive la misma pasión de Jesús por nuestra humanidad, su deseo por la unidad del género humano, su profundo cuidado por su hermano”.

Confiemos en nuestro querido santo. Que él, que amó mucho a Dios, nos enseñe a amarlo e interceder ante el Señor por cada persona que lo invoca.

María Donata Perillo