¿Aún no conoces al padre Damián, el cura español que arrasa en TikTok?

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Entre vídeos de jóvenes que mueven las caderas con un frenesí enloquecedor, adictos a la gastronomía que muestran sus ingestas cotidianas y bizarras grabaciones exaltando el ego provocador aparece, de repente, un joven de flequillo marcado, gafas redondas de pasta y alzacuellos. Un perfil poco tentador a priori teniendo en cuenta la feria de las vanidades que se gasta en TikTok . Pero hay algo en él que engancha. Una sonrisa pícara que rivaliza con la del mejor influencer, pero que en su caso va más allá de un simple exhibicionismo social con el que ha conseguido captar la atención de más de 76.000 personas es esta popular red social.

En sus historias mezcla sentido del humor mientras enseña a santiguarse a ritmo de Pascal Letoublon o bromea con aquellos que regresan al confesionario con algún pecado que se han dejado sin confesar, con aclaraciones «exprés» sobre religión. Resuelve dudas, habla de tú a tú y ofrece una cara renovada y necesaria de la Iglesia, una cercanía que con el paso del tiempo se había dejado de lado y que abrió una brecha entre el púlpito y la sociedad.

El padre Damián ha sabido sacar partido a las nuevas tecnologías para acercar el mensaje de Dios a los más jóvenes, para dialogar con ellos a través de los medios que ellos utilizan. Granadino de nacimiento, a sus 34 años ya es una auténtica celebridad.

Padre Damian Maria Montes CSsR

Este misionero redentorista que saltó a la fama por su participación en el programa de La Voz (que canta como los ángeles podría sonar a paralelismo simplón) y más tarde en el musical «33», lleva destinado un año en la Parroquia de San Gerardo Mayela, en el madrileño barrio de Aluche, donde nos recibe para hablarnos del fenómeno que ha creado en TikTok.

«Siempre he estado presente en las redes sociales y me hice TikTok durante la cuarentena. Mientras estábamos encerrados en casa escuché que estaba en auge y que todo el mundo hacía vídeos y empecé a curiosear. Es una red que conecta mucho con mi sensibilidad porque es divertida, tiene un aspecto lúdico que me gusta. Al principio no tenía mucha acogida con los vídeos que subía, pero pensé que quizá a la gente le interesaba saber aspectos internos de la Iglesia y comenzó a funcionar», cuenta.

¿Quién se rasga las vestiduras?
Tanto es así que suma 500 seguidores cada noche, un ritmo trepidante al que se añaden los centenares de mensajes que recibe diariamente. El padre Damián saca el móvil para que lo comprobemos con nuestros propios ojos (por aquello de «si no lo veo, no lo creo», con el Evangelio siempre presente). «Desde que habéis llegado he recibido 83 mensajes privados», dice. Obvio que le resulta imposible contestar a todos, «pero siempre le dedico un tiempo a tratar de echar un vistazo a la mayoría de ellos», matiza.

Su agenda echa humo. Además de la misa, también es profesor en el colegio contiguo y organiza muchas actividades en el seno de la Iglesia. «Normalmente hago los Tiktoks por la noche, sobre las nueve o diez, cuando ya he terminado con mis obligaciones. También es la hora en la que, según las estadísticas de la aplicación, hay más gente conectada que le interesa mi contenido. Los grabo desde mi habitación, con un trípode, un arco de luz y el móvil. Nada más».
Lo que más le sorprende es la juventud de sus seguidores, la mayoría entre 17 y 25 años, «es genial que esta generación se interese por mi contenido, eso me anima a seguir adelante». De igual modo, le chocan mucho las preguntas que en ocasiones les plantean sus «followers».

«Muchos me dicen que si soy cura de verdad, no sé qué se pensarán que somos, quizá nos imaginen a todos en una cueva o con coronilla. «No soy el único que hace este tipo de cosas o que habla de la religión de este modo. Hay muchos más curas en mi línea», aclara. Lo que está cristalino es que él ha sabido enganchar a los más jóvenes. Habla su lenguaje. Se acerca a ellos sin miedo a preguntas incómodas. Desempolva el peso de la tradición. Y, claro, eso se nota en la misa del domingo: «He notado que últimamente viene más gente», confiesa, lo cual resulta alentador. «Hay jóvenes que han venido a misa después de verme en TikTok, de hecho hay una chica que me escribió para decírmelo, me hizo mucha ilusión. Seguro que hay más como ella», aventura.
El padre Damián reconoce que él nunca ha buscado la fama, «pese a que muchos críticos así lo piensen», pero reconoce que hay ocasiones en las que o bien por la calle o en una tienda escucha a gente susurrando: «Mira, ese es el cura de TikTok», nos cuenta entre risas. Eso de convertirse en un «influencer» conlleva saber lidiar con los «haters», «que los hay y muchos, sobre todo entre los propios religiosos. Hay mucho fanático. Pero cuando veo mensajes desagradables directamente los ignoro. Yo no hago daño a nadie con mis vídeos. Cuando me dicen eso de ”menos circo y más fe” no lo entiendo. La diversión también nos la ha dado Dios para crecer», sentencia.

Entre sus hermanos misioneros la acogida que ha tenido ha sido espectacular: «Son más mayores y quizá no lo entienden del todo, pero siempre me han apoyado, me siento muy a gusto con ellos». Tampoco en las altas esferas eclesiásticas se han rasgado las vestiduras por el fenómeno del cura tiktokero, es más quizá ahora empiezan a comprender que resulta necesario un nuevo lenguaje para que el mensaje que predican no quede anclado en el pasado. Conjugar tradición e innovación «no es siempre sencillo». «Uno de los grandes retos que tiene la Iglesia es el lenguaje, tenemos un mensaje evangélico que es precioso y que a veces se ha desvirtuado. La palabra de Jesús sigue interpelando a la gente y la cuestión es saberlo comunicar hoy. Por ello, debemos servirnos y hacerlo de manera profesional porque a veces veo cosas muy cutres», reconoce.

El misionero también tiene sus límites, no todo vale, «por ejemplo, no me veréis nunca hacer vídeos bailando». Aunque si lo hiciera quizá llegaría a los oídos del Papa, quién sabe. ¿Se apuntaría Francisco a un «challenge» viral con el padre Damián? «No me extrañaría ver al Papa en TikTok, es una persona accesible y cercana. Lo que debe entender el mundo religioso es que las redes sociales no son el demonio, sino una manera de aproximarnos a la sociedad». Palabra de Damián.

Cómo se puede ver, tiene ahora (27/11/2020) 113 Mil seguidores

«Master class» para ser un religioso «influencer»
Que el padre Damián es el cura español con más éxito en las redes sociales es una realidad. Pero fuera de nuestras fronteras tiene buena competencia. La argentina Josefina Cattaneo, de 25 años, también saltó a la fama durante el confinamiento con vídeos en TikTok donde aparece bailando o cantando temas cristianos. Tal es la revolución en el seno eclesiástico, que ya hay incluso formación específica para que los religiosos se sumen a los «social media». Recientemente, la Unión Internacional de Superioras generales organizó una «master class» en la que se abordaron los mecanismos para interpretar y utilizar correctamente las redes sociales. «Supone un reto de comunicación. No queremos ser famosos, sino acercar el mensaje de Dios a todo el mundo», dice Damián.

(www.larazon.es)

Para ver la entrevista completa se puede consultar aquí