El 26 de de abril del 2016 ha sido realmente un día memorable de regocijo y gratitud … como hace exactamente 150 años, el icono original de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro se colocó a la veneración pública en la Iglesia de San Alfonso.
La cuenta regresiva al 26 de abril se caracterizó por 9 días de preparación con una novena diaria en italiano, seguido de la Eucaristía celebrada en diferentes lenguas y ritos litúrgicos. Además del italiano, la Misa en Rito Romano fue celebrada en polaco, inglés, francés, vietnamita, portugués y español. En cuanto a los ritos orientales, la liturgia fue celebrada en el rito griego católico de la lengua ucraniana; rito siro malabar en el idioma malayalam; y el rito melquita en el idioma árabe. Para añadir color a estos días, hubo conciertos musicales y actuaciones, ya sea antes o después de las celebraciones litúrgicas. La respuesta entusiasta de las personas marcaron este evento, no sólo como un “asunto de iglesia”, sino como una explosión de alegría, que abarca toda la vida.
El atractivo de nuestra Madre del Perpetuo Socorro se extiende por varios países, culturas y lenguas. Esto fue evidente en los 9 días de preparación cuando el santuario recibió a los peregrinos de “toda tribu, lengua, pueblo y nación” para utilizar el lenguaje del libro bíblico del Apocalipsis! Y esto fue llevado a un clímax maravilloso el 26 de Abril.
La celebración comenzó a las 17.00 horas en el altar papal en la basílica de Santa María la Mayor con una procesión hacia la iglesia de San Alfonso por la Via Merulana. Al comienzo, el Superior General explicó el significado de la procesión recordando a los presentes que se trataba de una recreación de la procesión con el icono del 26 de abril del 1866. El icono, muy bien embellecido de flores se llevó sobre los hombros de fieles jóvenes acompañados de oraciones y cantos. Hubo una ligera llovizna pero no apagó los espíritus de la gran cantidad de gente que participaba.
Toda la celebración fue presidida por el Cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, Londres, quein es el cardenal titular de nuestra Iglesia. La celebración, y la homilía que pronunció en italiano y en Inglés, llegó a mover los corazones de muchos. Estuvieron presentes 2 Obispos Redentoristas: el Arzobispo Fernando José Monteiro Guimarães del Ordinariato Militar de Brasil; y el obispo Ralph Heskett de la Diócesis de Hallam, Inglaterra. A ellos se unieron también el arzobispo Peter Smith de Southwark, y Peter Andrew Comensoli Obispo de Broken Bay, Australia. Habían Redentoristas de todas las cinco Conferencias. Además de sacerdotes diocesanos y religiosos, hermanas y un considerable número de laicos.
La representación internacional se caracterizó por un buen número de devotos vestidos con sus trajes tradicionales, la inclusión de diferentes símbolos culturales y la plegaria de los fieles que se hicieron en diferentes idiomas. Presentes también algunos grupos de peregrinos que habían venido de diferentes países acompañados de los Redentoristas, especialmente de la India, Reino Unido, Singapur, Malasia, Paraguay, Polonia. Los residentes locales en Roma, así como los de varios países que viven en Roma también estuvieron presentes.
El duro trabajo del equipo encargado del santuario dirigido por el Rector Arturo Martínez, el personal de apoyo y todos los muchos y generosos voluntarios permitió una celebración llena de gracia y gratitud! Podría ser caracterizada como una experiencia del amor redentor de Jesús y la ayuda perpetua de su Madre!
El icono es un patrimonio y tesoro para nosotros, los Redentoristas, y es para nosotros, una garantía de que Nuestra Madre del Perpetuo Socorro nos mantiene cerca de ella, al igual que ella sostiene a su Hijo, el Redentor. Ella nos acompaña en nuestra misión. Y mientras nos regocijamos en la continuación del mandato de “hacerla conocer”, sabemos que los muchos devotos y peregrinos que han experimentado su maternal presencia están más que dispuestos a hacer lo mismo!
Este 26 de abril y los nueve días anteriores a la fiesta, en particular, ha sido un testimonio de esto!
P. Juventius Andrade, CSsR
