Pedro Donders: Beato desde hace cuarenta años

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Hoy, hace 40 años, Pedro Donders fue beatificado. Hace ocho días, Sor Marie Rivier fue canonizada, como la segunda, después del Hermano André Bessette, de las cuatro personas beatificadas junto con Pedro Donders. Probablemente nunca se haya erigido una estatua controvertida para ella. De todos modos, también ella, como el beato Pedro Donders, goza de cierta devoción en Filipinas: allí sucedió el milagro por su intercesión que hizo posible la canonización.

La discusión en los últimos años sobre la estatua de Pedro Donders (y su preservación en el espacio público) en el Parque Wilhelmina en Tilburg aún no se ha calmado, pero el consejo municipal ha tomado una decisión: se colocará un letrero con una explicación al lado de la estatua. El texto provisionalmente establecido para ese letrero distingue, entre otras cosas, entre el dominio colonial y la persona de Pedro Donders. El contexto de la ubicación de la estatua se explica de manera muy limitada con “En ese tiempo [1926] tal manera de representar era común”, seguido de la aclaración “Hoy vemos en esto un símbolo inconfundible del dominio colonial”. Más adelante el texto dice: “Hoy miramos muy críticamente nuestro pasado colonial y esclavista. Un capítulo doloroso y confrontador de nuestra historia. En Tilburg no rehuimos de discutir esto […] La imagen que tiene ante usted es, por lo tanto, controvertida, pero también te invita a tener esa conversación. Preservar esta imagen en el espacio público es un tema de esta conversación permanente en la ciudad sobre nuestra historia, sobre nuestro pasado esclavista. Y también sobre la ciudad inclusiva que queremos ser como Tilburg”.

La propia redacción, elegida por el Municipio de Tilburg, ciertamente también puede ser discutida, pero lo que me sorprende en la explicación prevista es que, incluso más que la discusión en los últimos años, a excepción de la palabra ‘sacerdote’, éste texto ha sido despojado de fe y religión. En el artículo “La religión fue un medio de opresión durante siglos, pero también una fuente de inspiración para la resistencia“, de una escritora de origen surinamés, de una manera interesante se les presta más atención a estas dimensiones. En este artículo de la serie “Historia oculta”, Karin Amatmoekrim se refiere, entre otras cosas, a una discusión sobre la estatua del padre Damián de Veuster como representante de Hawái en el Capitolio estadounidense, y a la adaptación del ‘mito de Damián como figura heroica a las costumbres predominantes’. En ese punto, ya mencionó la discusión sobre la estatua de Pedro Donders. Luego la reanuda con las palabras: “Para mantener a un héroe, hay que colocarlo en el tiempo siempre de nuevo. Cualquiera que ahora enfatice que Peerke Donders se sentó ‘él mismo de rodillas entre la gente’ puede continuar honrándolo por el momento”. En relación con su experiencia personal como ajena a la religión, escribe: “No sabía nada sobre religión, pero estaba claro para mí que eran solo un puñado de historias primordiales, y mil interpretaciones de esas historias”. También en la discusión sobre la estatua de Pedro Donders ve confirmada su experiencia de que la religión es siempre una forma de interpretación.

Han pasado 135 años desde la muerte de Pedro Donders. En la conversación con la persona que posteriormente me envió el mencionado artículo, sonó la hermosa frase “No debemos reescribir la historia, sino interpretarla una y otra vez, por lo tanto, no quitar la estatua, sino explicarla”. Un siguiente paso, en mi opinión, en analogía con lo que el Papa Francisco nos insta a hacer en el número 11 de Evangelii Gaudium, es cada vez volver a la fuente. Entonces el foco estará menos en las imágenes de Pedro Donders, y más en su historia, que recuperará su frescura original y será contada de nuevas maneras, creativamente, con signos más elocuentes y palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. La esencia de lo que hizo Pedro Donders fue sin duda: proclamar el Evangelio de palabra y obra y así llevar alegría a la vida de las personas, hacerles experimentar el amor de Dios. En Filipinas, esta historia se transmite a la generación actual de creyentes, entre otros, por algunos jóvenes acólitos, catequistas y custodios de reliquias con una devoción específica al Beato Pedro Donders. Tal vez allí también se suceda algún día el milagro necesario para su canonización.

Claudia Peters, vice-postuladora Causae Petri Donders C.Ss.R.