Caminos de esperanza y una restructuración más misionera (Manny R.)

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(Roma, 6 de junio, 2016) – El P. Manuel Rodríguez Delgado tiene 70 años y es el Coordinador de la Conferencia América Latina y Caribe desde septiembre 2013. Profesó en la Congregación en el año 1965. El año pasado celebró 50 años de vida religiosa redentorista. Es miembro de la Provincia de San Juan, en la que ya fue Superior Provincial por varios años. Fue ordenado sacerdote el 20 de junio de 1971.

Manuel_Rodriguez01_cssrEn estos días estuvo en Roma para una reunión (30 de mayo al 3 de junio, 2016) de los Coordinadores de Conferencias con el Consejo General. Compartimos con los lectores de SCALA NEWS su experiencia, sus opiniones y su visión sobre la Congregación, que está en proceso de reestructuración.

  • Cuéntanos tu experiencia como Coordinador: ¿qué has logrado hacer, promover, animar, y acompañar en la vida congregacional dentro de la Conferencia?

 

Comencé como Coordinador de la Conferencia de América Latina y el Caribe en septiembre del año 2013. El Consejo general me pidió dar este servicio cuando el P. Noel Londoño, Coordinador hasta ese momento, fue nombrado Obispo de la diócesis de Jericó, Colombia. Igual, desde septiembre 2013 hasta enero 2015, yo seguía siendo Superior de la Provincia de San Juan. Solo a partir de enero 2015 hasta ahora pude dedicarme a tiempo completo al servicio de Coordinador de la Conferencia. Lo más significativo para mí ha sido el trabajo de amplia participación. Se ha podido incorporar la mayor cantidad posible de congregados de la Conferencia en estas dinámicas del nuevo sexenio. También ha sido significativa la experiencia de clarificación de las tareas del Consejo de la Conferencia y el discernimiento de las prioridades de entre todas las expectativas presentadas en los Estatutos. Ha habido, además, algunas actividades grandes como congresos (de Teología moral; sobre el icono del Perpetuo Socorro, etc.) y jubileos. Igualmente, han sido importantes seguir algunos procesos de reestructuración, por ejemplo, en la Formación y con la Región de Haití.

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Foto Archivo P. Manuel

Mi relación con los cohermanos y los Superiores de la Conferencia ha sido muy positiva. He experimentado un fuerte apoyo de parte de todos. Los cohermanos de la Conferencia aman la Misión y el carisma redentorista.  Sin lugar a dudas ellos buscan y apoyan todo esfuerzo que lleve adelante la construcción del Reino de Jesús desde el carisma y la espiritualidad alfonsiana/redentorista.

  • Seguro que también hay situaciones difíciles. ¿Cuáles han sido las principales dificultades? ¿Alguna anécdota especial?

 

Cuando el P. General, Michael Brehl, me llamó por teléfono pidiéndome asumir este servicio, le respondí que no podía decir “no” a un servicio a la Congregación que me ha dado tanto. Pero también le comuniqué que siempre había pensado “pobre de aquel a quién tocara asumir como Coordinador después del P. Noel Londoño”, por todo el trabajo que él ha hecho. Sin embargo,  la paciencia, el entendimiento y el apoyo de los Superiores y cohermanos hacen posible y gratificantes todos nuestros esfuerzos.  Para ser sincero, considero que ser Coordinador causa menos estrés que el de ser un Superior Mayor.  La mortificación principal que he experimentado es el hecho de no tener el tiempo, debido a tantas actividades, para visitar de manera sistemática y progresiva a todas las Unidades de la Conferencia. Creo que la Conferencia, y su territorio, es demasiado variado y extenso. Otra mortificación es no haberme tomado el tiempo para aprender el portugués.  Me gustaría en el nuevo año tener la oportunidad de disponer de unas semanas para dedicarme al aprendizaje de este hermoso idioma.

  • La Conferencia tiene una presencia misionera en Cuba, Surinam y Uruguay. Son proyectos comunes, interprovinciales. ¿Cómo has podido acompañar estas comunidades misioneras?

Conozco bastante bien las misiones de Cuba y Surinam. Pero, hasta la fecha, no tuve la oportunidad de visitar Uruguay.  No me he preocupado tanto porque eso depende de la URSAL (los Redentoristas del sur de América Latina) y el P. Enrique López, Vicario general, ha dado un acompañamiento eficiente.  Me gustaría mucho poder visitar esa misión. Veo que las tres sub-conferencias están bastante comprometidas con estas misiones, pero también hay dificultades. Las experiencias que traen los cohermanos, las diferencias de modelos de vida comunitaria y estilos de pastoral han planteado algunos desafíos bastante difíciles a los cohermanos.  Sin embargo, creo que con el caminar, las buenas intenciones y la Formación, los retos se van superando de manera efectiva y consecuente para el bien de la Misión redentorista.

Foto Archivo Puerto Rico
Foto Archivo Puerto Rico
  • Una de las responsabilidades del Coordinador es la de acompañar a las “Unidades frágiles”. ¿Qué entiendes tú por el concepto “Unidades frágiles”? ¿Cómo acompañarlas más de cerca?

 

Creo que hay que mirar la fragilidad desde la perspectiva de la Misión. La fragilidad se demuestra en varias manifestaciones y no se limita a Unidades con poco personal o pocos recursos económicos.  Hay Unidades que tienen personal y recursos económicos suficientes pero, desde la perspectiva de la Misión redentorista, reflejan mucha “fragilidad”.

Para mí una Unidad es frágil cuando:

  • se ve obligada a abandonar alguna misión por falta de personal, aunque esa misión responda fielmente al carisma redentorista;
  • cuando no puede responder de manera digna y respetuosa a las necesidades de sus cohermanos que van envejeciendo.
  • cuando se le hace cuesta arriba financiar tanto la Formación inicial como la permanente.
  • cuando se encuentra en la necesidad de vender propiedades, que en realidad pertenecen a la herencia congregacional y no solo a una Provincia.
  • cuando los cohermanos están acomodados e instalados en pastorales que son consideradas “ordinarias” y ya no son misioneras.
  • cuando entre los miembros de una Unidad no se encuentran personas con las cualidades, talentos y disponibilidad para asumir las tareas, responsabilidades y servicios de liderazgo en todos los niveles.
  • cuando un determinado número de miembros, aun jóvenes, revelan adicciones o apegos desordenados a sus familias y otras personas, siendo así de hecho privados de la libertad misionera.
  • cuando la Unidad tiene demasiados hermanos empeñados en tareas administrativas y no directamente envueltos en el apostolado, en las prioridades apostólicas de la Unidad.

Creo que, en cierto sentido, todas las Unidades son frágiles dentro las estructuras existentes.   El acompañamiento se tiene que hacer desde diferentes perspectivas, a diferentes niveles y desde la animación en la pastoral, la vida comunitaria y en la espiritualidad.  La conversión profunda, honesta y transparente, es esencial en todos los procesos.

  • La promoción vocacional y el fortalecimiento de una “cultura vocacional” siguen siendo grandes desafíos en la vida de la Congregación. ¿Qué piensas?

Me parece que esta es una de las dimensiones que ha requerido muchos esfuerzos y ha tenido mayor éxito en la Conferencia. El año dedicado a la “Promoción Vocacional Redentorista” ha resultado en logros significativos.  Nos han ayudado mucho los intercambios de ideas, el compartir recursos y otras posibilidades,  entre las diversas Unidades. Se ha utilizado muy bien los medios de comunicación social.  En general, el concepto de una “cultura vocacional” o la “vocacionalización” de la pastoral se ha logrado. Pero queda mucho más por desarrollar y motivar.

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Ultimo encuentro Paraguay 2016
  • ¿Cómo funcionan los programas de Formación inicial y permanente, en común, a nivel interprovincial? ¿Cómo ves el futuro de estas experiencias?

 

En la Conferencia hay cinco Noviciados. Dos son interprovinciales (los de Piedecuesta, Colombia, y Cochabamba, Bolivia); dos son de Unidades que reciben a novicios de otras unidades (São Paulo y Goiás); el quinto es el Noviciado de Haití, que está en proceso de ser incorporado en el Noviciado de Piedecuesta.  Nos da alegría y satisfacción el hecho de que tenemos vocaciones suficientes para justificar la existencia y funcionamiento de estos Noviciados. Observo que se va profundizando cada vez más la conciencia de la importancia de la colaboración interprovincial, no solamente por razones prácticas sino a partir de la visión de que la Misión Redentorista en la Conferencia es UNA sola. Los planes de Formación deben responder y preparar para esta Misión con criterios, prácticas y programas comunes.  Necesitamos tener en la Conferencia una mayor conciencia de la importancia de la colaboración entre las Conferencias.

 

6 de junio, 2016.

Entrevista preparada por Enrique López

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