San Alfonso pastor de los últimos y doctor de la Iglesia – Congreso en Roma

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La actualidad de la propuesta moral alfonsiana entre desafíos y esperanza

“San Alfonso pastor de los más pequeños y doctor de la Iglesia. La actualidad de la propuesta moral alfonsiana entre los desafíos y la esperanza”: así se titula la Jornada que tuvo lugar el martes 21 y miércoles 22 de marzo en nuestra Academia. Dividida en tres sesiones, cada una relacionada con un área específica de la teología moral, contó con la sucesión de once oradores, la riqueza de cuyas contribuciones, combinada con la posibilidad de que los oyentes intervinieran con preguntas y problemas, hizo que los días fueran particularmente heraldos de interés y alimento para el pensamiento.

La primera sesión estuvo dedicada a la profundización de la conciencia, un tema clásico de la moralidad fundamental. El profesor. Alfonso Amarante, en su charla, aportó primero las claves interpretativas con las que leer hoy la figura de san Alfonso, identificándolas en la imagen del “pastor”, que se inclina sobre los más pequeños y les muestra el camino de la santidad como camino posible , y del “médico”, que en el bosque de las opiniones morales es capaz de identificar ese camino intermedio capaz de escapar tanto del subjetivismo laxo como del objetivismo riguroso. A continuación, el prof. Antonio Donato ha investigado la centralidad de la conciencia en la propuesta moral alfonsiana, que tanto emerge de todo el corpus literario, en el que es aditus, o más bien puerta de entrada a la vida moral, en un proceso dinámico en el que conduce la materialidad de la ley a la orden judicial formal. El profesor. Cataldo Zucchero, por su parte, describió luego el papel de la conciencia en el discernimiento moral, del cual él asume la dirección: por obra del Espíritu Santo y bajo la guía de la prudencia, llega a determinar cada cierto tiempo cuál es la mayor bien concretamente factible en una situación dada, después de haber tomado en consideración tanto la autoridad del ethos social, la autoridad de la norma y la gravedad de las circunstancias reales de la persona. Por último, la Profesora Carla Corbella describió la dinámica de la formación de la conciencia, por la cual, especialmente en la cultura solipsista y narcisista actual, la relación intersubjetiva adquiere una función cada vez mayor, para que a través del Otro la persona conozca y se sienta atraída por ese bien que está llamado a hacer.

La segunda sesión trató sobre la persona en el ámbito bioético. El profesor. Maurizio Faggioni mostró inicialmente la capacidad de Alfonso para tratar y preparar soluciones a los problemas morales que le planteaban las condiciones sanitarias de la época, lo que revela el alma del pastor, atento a las necesidades concretas del pueblo, y del moralista, diligente para estar al día de las novedades científicas. El profesor. Giovanni Del Missier propuso más tarde la categoría de vulnerabilidad como clave para acceder al espíritu de Alfonso hoy, o más bien a su proximidad con los últimos y los abandonados; esta categoría permite dilatar los límites clásicos de la bioética e identificar un nuevo foco: aquellos que en este mundo, en virtud de una vulnerabilidad muchas veces invisible, piden más que otros ser atendidos. Por último, la Prof. María Martha Cúneo aportó la propuesta de tres prácticas, pertenecientes al campo de la pediatría, en las que es posible implementar el discernimiento moral desde la perspectiva alfonsiana: el problema de la valoración de la adecuación de una terapia, el relativo a los trastornos del desarrollo sexual y al relativo a los trastornos de identidad de género.

La tercera y última sesión cuestionó la justicia social desde la perspectiva de la moralidad social. En primer lugar, el Prof. Martin McKeever propuso una reflexión sobre la relación que, desde la modernidad, se ha establecido entre la fe cristiana y la justicia social, en la que, por primera vez en la historia, esta última se convierte en un objetivo político extraeclesial, debido a una confianza nueva que reconoce al hombre para construir un mundo más justo; en virtud de esta convergencia, todavía hoy es posible encontrar lugares de encuentro entre la sociedad civil y la comunidad cristiana, uno sobre todo la cuestión ecológica. Posteriormente, la Prof. Claudia Leal Luna realizó un análisis histórico de la teología de la liberación, reconociendo que en sus notorios y atribulados acontecimientos la lucha por la justicia se ha convertido en motivo de elaboración teórica y ocasión de una renovada y no desencarnada evangelización, con el fin de ver la voluntad de Dios en la dinámica de la historia.En definitiva, el prof. Giulio Cesareo recorrió los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia, desde Quadragesimo Anno hasta Fratelli tutti, rastreando la evolución que ha madurado en cuanto a la categoría de justicia social, en un estudio continuo y siempre encaminado a la escucha de la realidad.

La abundancia y profundidad de los temas tratados en las Jornadas no han podido sino convencernos una vez más de la bondad de la propuesta moral alfonsiana y de su utilidad para la vida de la Iglesia, esa misma Iglesia que Alfonso nos enseña y aún hoy nos insta a servir.

don Lorenzo Pertusini

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