Sobre la chimenea, el Corán y la Virgen con el Niño

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Octubre Misionero en el sur de Albania

Comunión de carismas y confianza en el Espíritu: este podría ser el resumen de la experiencia misionera que los Redentoristas desarrollamos en el sur de Albania.

UN CAMINO HACIA EL SUR (FRANCISCO LO LLAMA ‘PERIFERIAS’)

Recuerdo que en mis años de formación leí con interés un precioso libro del P. Manuel Gómez Ríos titulado “Alfonso de Ligorio: un camino hacia el sur” (Madrid 1986). Este libro destacaba como nuestro Fundador, un hombre del sur, elegía estar en los márgenes de la sociedad, en las fronteras de la humanidad: el sur del sur. Los Redentoristas cuidamos de la zona que está más al sur de Albania, ya en la frontera con Grecia, la parte más alejada del centro del país en todos los sentidos: en distancia, en recursos, en servicios a la población y en atención religiosa. Cuanto más se aleja uno de Tirana, menos acceso tiene a hospitales, escuelas, universidades, etc. También la Iglesia Católica cuenta con pequeñas comunidades, muy alejadas de la capital, pero también con distancias largas entre ellas, que en este momento sólo cuentan con un sacerdote redentorista.

Esta zona está formada por tres comunidades en pequeñas ciudades, que son Gjirokastër, Delvina y Saranda (en donde viven desde hace más de 25 años 3 comunidades de monjas) y varios pueblos donde hay católicos o catecúmenos. Todos los misioneros de la zona, por tanto, son extranjeros. Conviene recordar que en esta parte de Albania la comunidad católica es marginal, viviendo entre una mayoría musulmana y una minoría (numerosa) ortodoxa griega. En Octubre Misionero, desde hace 3 años, los Redentoristas impulsan la celebración de una Semana Misionera, que no es otra cosa que invitar a compartir la animación espiritual de estas comunidades a misioneros nativos albaneses. (En Scala News contamos en Marzo 2022 la primera experiencia en estos lugares). De este modo, los bautizados y los catecúmenos conocen el testimonio misionero de sus propios compatriotas, alimentando en ellos el deseo de llevar el Evangelio a quienes les rodean.

SOBRE LA CHIMENEA, EL CORÁN Y LA VIRGEN CON EL NIÑO

Vamos a presentar al equipo que llevó a cabo esta Semana Misionera. Por un lado, fueron invitados un matrimonio misionero albanes que está comprometido con la Administración Apostólica del Sur de Albania, un seminarista a punto de ser ordenado diácono y que hizo su experiencia pastoral en la Parroquia de San Alfonso de la ciudad de Kamëz, una Hija de la Caridad que es enfermera, una joven responsable de una fundación juvenil en la diócesis y formadora de animadores, y de regalo dos alemanes, de visita en una de las comunidades religiosas. Por otro lado, los misioneros de la zona son las Hijas de Cristo Rey en Gjirokastër, las Hermanas Marcelinas en Saranda y las Franciscanas de San Jorge en Delvine, junto con un misionero redentorista. Esta es la Sinodalidad que pide el Papa Francisco: caminar juntos, afrontar nuevos retos compartiendo visiones diferentes y llevar a todos la alegría del Evangelio.

El plan era fácil: ir al encuentro de la gente. Los medios eran sencillos: cada uno con su sonrisa, una palabra de parte de Jesús, un poco de agua bendita y una imagen de recuerdo. El domingo 22 de octubre, Jornada Mundial de las Misiones, comenzaba este tiempo de gracia, con la bienvenida a los misioneros. Los días 23 y 24 los misioneros se desplazaron a Shëndëlli, una pequeña localidad con unas 70 familias católicas, lo cual no asegura que estén evangelizadas. Para llegar a Shëndëlli hay que subir los automóviles a una barca y así atravesar la laguna de Butrinto, donde sus ruinas nos traen los susurros de varios de sus visitantes, como el mítico Eneas o el gran Julio Cesar. El grupo, inspirado por estos grandes héroes, se sentía también llamado a un destino histórico, a una gran hazaña. Por las mañanas se visitaron todos los hogares y se bendijeron las familias: no sólo familias católicas, sino también hogares musulmanes que recibieron con alegría la visita de los misioneros. En una de las fotos se puede ver en la chimenea de una casa como están juntos el Corán y la imagen de la Virgen con el Niño: marido musulmán, mujer católica, hogar con fe en el único Dios. Por la tarde, encuentros con hombres, mujeres, niños y jóvenes, además de la oración del Rosario pidiendo la Paz en el mundo. El día 25 de octubre fue un día para el contacto con la presencia de la Iglesia Ortodoxa, mayoritaria en esta zona de Albania, haciendo una peregrinación a varios monasterios y celebrando la Eucaristía con las hermanas que no podían insertarse en la misión, a causa de la actividad cotidiana.

Los días 26 y 27 de octubre, el equipo misionero se trasladó a Borsh, una localidad de la turística Riviera Albanesa, donde los católicos se dedican a la actividad turística en verano y al olivo cuando comienzan los fríos. De nuevo, se visitaron todas las casas y se bendijeron hogares, pero en un terreno escarpado y de difícil acceso por caminos embarrados y rotos por la últimas lluvias. Por la tarde, encuentro con los bautizados y celebración de la Eucaristía que, en ausencia de templo, se celebró en casas particulares, a imagen de la Iglesia primitiva.

El fin de semana, el equipo misionero estuvo presente en las comunidades más estables, las que se reúnen para la oración, la formación y la Eucaristía en la casa de las religiosas misioneras. El sábado 28, por la mañana, se compartió la oración con los catecúmenos de Memaliaj y, por la tarde, celebración dominical y encuentro con la comunidad en Gjirokastër. El Seminarista habló del don precioso que es para Albania que tanta gente haya dejado su patria para compartir el Evangelio, pero que sería aún más precioso si cada bautizado de Albania fuera testigo valiente del Mandamiento del Amor de Jesús. El domingo 29 de octubre, por la mañana, la celebración es a las 9:30 en Saranda, y siempre hay un buen número de turistas. En la otra comunidad, en Delvina, a mediodía se reunieron bautizados y simpatizantes de la comunidad para hablar sobre el sentido de la vida. Después se compartió el almuerzo y el testimonio de los misioneros, y finalmente la Semana fue coronada con la celebración final de la Eucaristía, presidida por el sacerdote redentorista de la zona pastoral.

P. Laureano Del Otero Sevillano CSsR
Misión Redentorista en Albania