El jueves 5 de diciembre tuvo lugar en la Sala Teatro Italia de Acerra, cerca de Nápoles, la primera proyección de la película Il Santo di carne, dedicada a San Alfonso. La sala estaba llena en cada fila de personas especialmente invitadas al evento. Estaban el director de la película Giuseppe Alessio Nuzzo, la responsable de la Secretaría de Cultura de la Región de Campania, Rosanna Romano, el alcalde de Acerra Tito D’Errico, el obispo de Acerra Mons. Antonio Di Donna y otros obispos, entre ellos el Mons. Mons. Redentorista Antonio De Luca, Superior Provincial del Sur de Europa p. Gennaro Sorrentino con varios otros hermanos que vinieron de comunidades cercanas.
¿Por qué Acerra? ¿Por qué esta película? ¿Por qué este título? Acerra en la época de San Alfonso formaba parte de la diócesis de Arienzo, y ésta estaba asociada a la diócesis de Sant’Agata dei Goti, confiada a San Alfonso, que residió en Arienzo durante varios meses para escapar de la humedad de Sant’Agata. El obispo de Acerra es hoy monseñor Di Donna, que conoce, ama y se inspira en san Alfonso en su ministerio pastoral. Su primera carta a la diócesis se tituló En diálogo con san Alfonso. Su acercamiento a nuestro fundador, mediado por la biografía escrita por el P. Théodule Rey Mermet, le impulsó a “soñar” con una película dedicada al más santo de los napolitanos y al más napolitano de los santos. Este sueño se ha hecho realidad. Producida por Paradise Pictures, gracias a una financiación concedida por la Región de Campania, se ha rodado una película de aproximadamente sesenta minutos de duración, destinada a circular primero en los cines italianos y luego a la televisión y a otras cadenas.
Se optó por la ruta del cine documental: algunas partes son actuadas, otras corresponden a entrevistas. Es un placer ver la película, se desarrolla a través de bellas imágenes y a un ritmo trepidante, a lo largo de siete “capítulos”: el hombre, el sacerdote misionero, el teólogo, el artista, el obispo, el humorista, el mentor (o padre espiritual). San Alfonso es interpretado por el actor Enrico Lo Verso. Son frecuentes los pasajes por los que el santo camina entre la gente de hoy, o en los suburbios degradados de Nápoles. El lado humano de Alfonso vuelve a menudo, tanto en las entrevistas como en las partes actuadas, cuestionado por las vivencias y sobre todo por las personas abandonadas que conoce. Esto inspiró el título El Santo de Carne.
Si la elección del documental-película tiene el mérito de ofrecer un primer y casi completo panorama de la vida, figura y mensaje de Alfonso de Ligorio, hay que decir que esa misma elección conlleva un límite: el paso del drama a las entrevistas, que además se desarrolla en una película de sólo una hora, no nos permite adentrarnos suficientemente en el viaje existencial, en la búsqueda interior y a menudo atormentada del santo. Se habría necesitado más tiempo y tal vez un presupuesto mayor. Por ejemplo, entre los siete capítulos antes mencionados falta el del “fundador”, que en la biografía de Rey Mermet ocupa páginas llenas de detalles y de la dolorosa búsqueda de la voluntad de Dios, en cambio, era el propio obispo, Monseñor Di Donna, incluso antes de ver la película, dijo: “¡veamos qué sale de ella! En cualquier caso, leer un buen libro -como me pasó a mí con El santo del Siglo de las Luces- transmite sensaciones y emociones que una película no siempre es capaz de transmitir.”
Por otro lado, hay que decir que en una época en la que cada vez leemos menos y donde el culto a la imagen domina cada vez más, El Santo de Carne sigue siendo una hermosa obra, que permitirá a muchas personas conocer una Personalidad polifacética como Alfonso de Ligorio.
Serafino Fiore CSsR