España: La revista Icono, 125 años alentando esperanza

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Como recuerdan nuestras constituciones los redentoristas somos misioneros de la Palabra y, alimentados por ella, estamos llamados a llevarla a los más pobres y necesitados. La palabra escrita se convierte, por tanto, en un medio privilegiado para dar razones de nuestra esperanza (1 Pe 3, 15) y para anunciar la buena nueva de la salvación.

Con un papel cultural y evangelizador los redentoristas continúan con esta misión a través de dos medios consolidados como son La Editorial Perpetuo Socorro y la revista Icono que cumple sus 125 años.

El origen estuvo con la llegada de los redentoristas galo-helvéticos quienes dieron los pasos necesarios para el nacimiento de la Editorial y la revista. El primer número de la revista aparece en enero de 1899 junto con un Devocionario que después se llamará Perpetuo Socorro. Asimismo, se editan las obras de San Alfonso, publicaciones de otros autores redentoristas, láminas, objetos religiosos, calendarios…  Pero ¿qué sentido tiene celebrar hoy este aniversario?

Si les digo que la revista Icono cumple 125 años, seguramente concluirán diciendo: “pues muy bien, que siga con salud”. Si, por el contrario, reparamos en la hondura de lo que la humanidad ha vivido a lo largo de todos ellos, la cosa cambia. Nos asomamos a un documento histórico que nos ayuda a entender cómo el servicio misionero y mariano ha estado presente desde el siglo XIX hasta nuestros días. Y esa es la celebración. Que los redentoristas han entendido en la historia, y siguen entendiendo en el presente, que el sentido de sus vidas es testimoniar, acompañar y formar en la esperanza del Perpetuo Socorro, a la sociedad.

Un testigo histórico

En estos 125 años han pasado muchas cosas. Algunas se reiteran, otras aparecen con novedad. De todas ellas la publicación hizo y hace memoria y, sobre todo, extrae sabiduría para afrontar el porvenir. Al lado de los redentoristas y laicos que han trabajado en la publicación, siempre estuvieron las familias y los centros de evangelización que se nutrían de lo publicado y provocaban reflexiones que abrían la misión. Porque desde sus orígenes, la revista ha tenido y tiene vocación misionera; tiene identidad de calle; tiene convicción de pueblo. Ha sido testigo de cómo Europa entraba en guerra, convirtiéndose en mundial, en dos ocasiones; se ha editado y sufrido durante los años grises de la guerra fraterna en España, solo en 1937 fue imposible su impresión. La revista ha respirado con el Concilio Vaticano II y su antes; y con sus consecuencias, en el después, donde situó inequívocamente su reflexión. Ha estado y está cerca de la reflexión moral que es un acento de la misión redentorista de todos los tiempos. Premeditadamente, ha sido un instrumento de apertura y participación; de reflexión conjunta y de misión compartida. Es, desde sus orígenes, una revista de familia. Hemos vivido con intensidad, con nuestros lectores, la Pandemia, las constantes guerras que avergüenzan al mundo en Ucrania y Gaza; las pateras de subsaharianos buscando futuro en Europa. Hemos vivido y seguimos viviendo el anhelo de un mañana en paz y solidario para la humanidad.

Ha conocido 11 Papas (León XIII, Pío X; Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco), de todos ellos ha sido altavoz fiel del magisterio, acercando y procurando su comprensión en el pueblo de Dios.

En una fecha de aniversario tan grande, hay infinidad de acentos que necesitan ser comprendidos. Uno de ellos es que los cambios siempre son lentos y hace falta el paso del tiempo para tener conciencia de que se dan. Otro, que una buena obra se logra gracias a iniciativas de comunión y complementariedad. Si Icono tiene 125 años de vida es gracias a infinidad de esfuerzos anónimos que supieron buscar siempre el bien común. Y otro más, y es que la posibilidad que nos da tener una historia grande es no quedarnos sobrecogidos por cuestiones pequeñas. La revista tiene mirada, misión y visión que integra y acoge; cuida la sinergia y la complementariedad y, sobre todo, quiere ser una casa común donde nadie sobra y busca en cada número, contribuir recordando a la sociedad y la Iglesia que somos la “barca común” donde los más débiles han de encontrar siempre razones para seguir esperando. Icono tiene mañana, porque sabe que su razón de ser es el cuidado vigilante de la esperanza, y esta es una urgencia para todos los tiempos.

Perspectivas de futuro

Evidentemente, como toda la prensa escrita, estamos en una etapa de grandes transformaciones que vienen, sobre todo, del mundo digital. Desde ahí queremos seguir trabajando en que la revista siga siendo una herramienta de evangelización y para ello se está elaborando su versión digitalizada. Por supuesto que su publicación en papel ha de seguir, pero también ha de abrirse a nuevos medios de difusión: las redes sociales y su adaptación a los nuevos lenguajes son ineludibles porque, lo importante, es que el mensaje llegue y pueda ser acogido.

Un aniversario como este es motivo de agradecimiento grande a todas las personas que han hecho posible durante más de un siglo esta publicación, pero también es un acicate y un revulsivo para mirar hacia el futuro con esperanza y no quedarnos en la nostalgia de lo que fue sino en el milagro de la Palabra que se hace viva, nueva y eficaz cada día y cada instante. A todos: gracias.

Francisco Javier Caballero, CSsR