Notas de viaje por tierras de Asia

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Aprovechando el permiso de la Academia Alfonsiana para tomar una especie de ‘semestre sabático’ durante la primera mitad de este año 2016, he podido aprovechar este tiempo para
llevar a cabo con verdadero gozo una serie de tareas en Asia.
Desde principios de año hasta Pascua, impartí sendos cursos sobre Evangelios sinópticos y Escritos paulinos en el SATMI (Saint Alphonsus Theology and Mission Institute), un centro de
formación para los redentoristas candidatos al sacerdocio situado en la ciudad de Davao (Filipinas), donde estudian cohermanos de Filipinas, Tailandia, Indonesia, Sri Lanka, y Singapur.

Después, durante la Semana Santa, pasé algunos días en Manila, colaborando en los servicios religiosos del santuario de la Virgen del Perpetuo Socorro de Baclaran, santuario en el que, como es sabido, se celebra la novena perpetua. En este santuario cada miércoles es un día memorable, el templo está abierto las 24 horas y riadas de gente –se calculan unas 100.000 personas– abarrotan la iglesia y sus jardines. De manera casi continua se suceden las misas y se atiende el confesionario.

Tras estos días de intensa pastoral viajé a Japón donde, además de reconectar con los redentoristas en Tokio, pude pasar unos días con un hermano que vive allí con su familia. En las semanas siguientes tuve ocasión de visitar algunas misiones de los redentoristas en Indonesia y Sri Lanka, así como coordinar una “jornada de estudio” en Singapur.
Finalmente recalé en Tailandia. La presencia de la Iglesia católica en este país budista no sería la misma sin la presencia de los redentoristas. Impresionan, sobre todo, las grandes obras sociales (escuelas para minusválidos y orfanatos) que dirigen al norte del país, además de ocuparse de las misiones con las minorías étnicas en la zona montañosa. Tienen también un impresionante colegio internacional llamado Ruamrudee (el Redentor) y una parroquia en el barrio diplomático de Bangkok, que atiende tanto a tailandeses como a la comunidad internacional.

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Finalicé mi estancia en Tailandia con dos cursillos sobre Moral y Sagrada Escritura, impartidos en el Colegio Ruamrudee. El primero estuvo organizado por la Conferencia de religiosos y religiosas de Tailandia; participaron un centenar de personas (una de los asistentes era una anciana religiosa que lleva allí más de 30 años y es prima del papa Francisco, tan argentina y simpática como él). El segundo cursillo fue dirigido a los redentoristas de la Provincia; al final del mismo, hizo sus votos el primer redentorista laosiano procedente de la misión que atiende la Provincia de Tailandia desde hace unos años en Laos, pequeño país limítrofe de régimen comunista.

Tuve también la oportunidad de visitar el Centro redentorista de Páttaya, en la ciudad del mismo nombre, a unos 150 km. de Bangkok. Este instituto empezó siendo un orfanato, pero hoy es también uno de los centros punteros del país en la formación profesional de discapacitados. Es allí donde tendrá lugar el próximo el Capítulo General. El centro cuenta con una especie de hotel y se está construyendo un auditorio que se espera esté listo para acoger a los capitulares.

Ha sido una alegría conocer culturas tan distintas y comprobar cómo en todos estos países, la Congregación realiza su misión de manera tan vigorosa, con abundancia de vocaciones.

Alberto De Mingo, CSsR

(NER 630 – octubre 2016)