Iniciamos este segundo día, el de todos los santos, con la eucaristía por lenguas. Los hispanoparlantes tuvimos la celebración presidida por el P. Manuel Rodríguez a las 7 de la mañana. Oramos por todos nuestros cohermanos y nos encomendamos a nuestros santos y beatos redentoristas.
Este día del Capítulo es particularmente importante porque el P. General nos presentó su informe dividido en dos partes, en la primera informó sobre la realidad de la Congregación a nivel de estadísticas e interpretación de los datos suministrados, y en la segunda, hizo un revelador análisis de la situación actual de la Congregación y la presentación de algunas propuestas al Capítulo. El informe fue claro y suscitó diálogo a nivel de grupos lingüísticos hasta el mediodía.
Resaltó elementos positivos como las iniciativas misioneras, la formación interprovincial y la solidaridad económica. Pero también señaló que en nuestra Congregación deberían crearse unidades más fuertes, de modo que muchos cohermanos sean liberados para la misión.
Con base en esta perspectiva asumió palabras de un obispo estadounidense que para analizar la importancia de toda reunión en su diócesis, preguntaba si dicha reunión aportaba ayuda a los pobres. El P. General amplió esta visión preguntándonos si el XXV Capítulo General estaba suficientemente iluminado por la persona de Jesucristo, por el clamor de los pobres y por la misión, como expresión genuina de nuestro carisma.
Reflexión de un cohermano capitular:
El P. Mauricio Pizarro, provincial de Chile, afirmó: “El ambiente del Capítulo es agradable por la buena disposición para el encuentro y el diálogo. Sobre el informe del P. General, sentí que habló de manera muy objetiva en cuanto que todo lo que fue exponiendo reflejaba la realidad de mi provincia y suministraba elementos de solución.”
P. Jorge Gómez Rueda, CSsR
