Beato Vasyl Velychkovsky (1903-1973)

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Vasyl Vsevolod Velychkovskyi nace el 1 de junio de 1903 en Stanislaviv (ahora Ivano-Frankivsk) en el seno de la familia de los Velychkovskyi y Teodorovych, ambas con una larga tradición de sacerdotes entre sus miembros. Los padres de Vasyl, Volodymyr y Anna, educan a sus hijos en un espíritu de devoción cristiana. Este es el motivo por el que Vasyl alimenta desde la infancia el deseo de trabajar por la salvación de las almas.

Vasyl Velychkovskyi recibe su formación primera en la ciudad de Horodentsi. Ardiente patriota, y ya con quince años, se alista en la armada de Galizia en Ucrania para luchar por la independencia de su madre patria durante la Primera Guerra Mundial. De vuelta a casa en 1920, sano y salvo, Vasyl Velychkovskyi entra en el seminario de Lviv. En 1924 es ordenado diácono por el Arzobispo Andrey Sheptytskyi. Es entonces cuando Vasyl Velychkovskyi descubre su vocación religiosa. Con ayuda de su tía Mónica entra en el noviciado redentorista y al año siguiente, el 29 de agosto de 1925, profesa los votos de pobreza, castidad y obediencia. Dado que ha completado ya sus estudios de teología, al terminar su noviciado es ordenado sacerdote el 9 octubre del mismo año por el Obispo Y. Botsian.

Desde el inicio de su vida religiosa, sus superiores advierten su extraordinario talento de misionero. A fin de desarrollar estas dotes, tras haber enseñado durante dos años en el seminario menor redentorista, “Jovenado”, Vasyl es destinado a Stanislaviv para dirigir misiones junto a dos cohermanos más experimentados. El Padre Velychkovskyi da comienzo, así, a su actividad apostólica que durará 20 largos años – hasta el principio de la persecución de la Iglesia greco católica ucraniana.

El 16 de noviembre de 1928, el Padre Velychkovskyi es destinado al monasterio redentorista de Kovel. Se entrega enseguida al trabajo misionero que se realiza en las colonias de gentes de Galizia, dispersas en las regiones de Volhyn y Pidliashshia, Kholm y Polissia, y que se han separado de la Iglesia greco católica para adherirse a la Iglesia rusa ortodoxa. Además de dedicarse a las colonias de galizios, el P. Velychkovskyi organiza misiones para la población local de Volhyn, Polissia y Belarus. Con la ayuda económica del Arzobispo Sheptytskyi y de otros bienhechores, construye varias iglesias y capillas. En 1935, el P. Velychkovskyi regresa al monasterio de Stanislaviv para desempeñar el cargo de superior.

El P. Velychkovskyi continúa su actividad apostólica a gran escala a pesar de que en 1939 la Iglesia greco católica es perseguida por los soviéticos que han ocupado ya Ucrania occidental. En 1940 organiza una procesión con la participación de veinte mil fieles que, cargando con la cruz, atraviesan las calles de Stanislaviv. A pesar de las amenazas de la policía secreta soviética, el Padre Velychkovskyi no se arredra. En 1941, a petición del Arzobispo Sheptytskyi, parte para Ucrania central a fin de trabajar entre los ucraniano ortodoxos de Kamianets-Podilskyi. La actividad del nuevo sacerdote en favor de Ucrania despiertan, sin embargo, la sospecha de los alemanes que ya han ocupado la ciudad. Apenas tres días después de su llegada, el Padre Velychkovskyi es acusado de colaborar con las organizaciones de resistencia nacional ucraniana y es conminado a abandonar la ciudad en el plazo de veinticuatro horas. Se traslada a Ternopil y desempeña en esta ciudad el cargo de superior de la iglesia-monasterio de la Dormición.

En 1945, habiéndose apoderado el régimen soviético por segunda vez de Galizia, son detenidos en la noche del 10-11 de abril los representantes de toda la jerarquía greco católica. El 26 de julio de 1945, el Padre Vasyl Velychkovskyi es detenido en Ternopil imputándosele el delito de “propaganda antisovietica”. Durante el interrogatorio se le da la oportunidad de adherirse a la Iglesia rusa ortodoxa a cambio de su libertad. La respuesta es: “¡Jamás!” Más tarde, el Padre Velychkovskyi es trasladado a la prisión de Kiev donde durará la investigación de su caso unos dos años. Finalmente, el tribunal regional de Kiev lo condena a muerte por dos frases de carácter anticomunista (“horda roja” y “banda roja”) impresas en un calendario de bolsillo publicado por el Padre Velychkovskyi en Stanislaviv en 1939.

Durante los tres meses de prisión en una celda de condenados a muerte, el P. Velychkovskyi continúa fiel a sus obligaciones de sacerdote. Enseña a los prisioneros a orar; los instruye en las verdades de la fe cristiana y los prepara a recibir los Sacramentos. Los conduce a las puertas del Cielo. Llega finalmente la noche en que los guardias lo escoltan hasta fuera de la celda. No lo conducen, sin embargo, hasta el lugar de la ejecución, sino al despacho de la administración de la prisión. Una vez allí, le informan de que su sentencia a muerte ha sido conmutada por diez años de prisión.

Durante los dos primeros años, el Padre Velychkovskyi es recluido en un campo de la región de Kirovsk; más tarde es trasladado a las minas de Vorkuta. A pesar del trabajo extenuante, el Padre Velychkovskyi celebra la Eucaristía casi a diario – usa como cáliz una lata. “Aquella lata”-dice el Arzobispo Hermaniuk -“fue su cáliz, su patena, su altar, su iglesia y nada pudo destruir dicha iglesia porque [estaba fundada sobre su] fortísima convicción y sobre la gracia de Dios”. Muchos meses antes de su liberación, los amigos y compañeros prisioneros del Padre Velychkovskyi se las ingenian para que pueda trabajar, en lugar de en la mina, en el hospital de la prisión. Un cambio que le salva la vida porque diez años de prisión y de trabajos forzados le han quebrantado la salud. El 9 de julio 1955, el Padre Velychkovskyi es puesto en libertad.

A su regreso a Lviv, el Padre Velychkovskyi no encuentra ni iglesia ni capilla donde ejercer su ministerio, pero esto no lo desalienta. Se establece en un desván del número 11 de la calle Vozzyednannia. Allí construye un altar con viejas cajas de cartón. Los fieles visitan al Padre en pequeños grupos de cinco o seis a fin de participar en la eucaristía. Durante el período de clandestinidad de la Iglesia greco ortodoxa no teme celebrar la misa todos los días, dirigir ejercicios espirituales, y ser director espiritual de muchos devotos cristianos. En 1959, la Sede Apostólica nombra al Padre Vasyl Velychkovskyi obispo de la “Iglesia del Silencio”. A causa de la difícil situación por la que atraviesan las relaciones entre el vaticano y la Unión Soviética, su ordenación episcopal no tendrá lugar hasta cuatro años después.

El decenio de prisión no ha “corregido” o cambiado al Obispo Velychkovskyi. Continúa “difundiendo propaganda anticomunista entre la gente, no participa en trabajos de utilidad social, no cumple con sus deberes de ciudadano soviético; escribe un libro sobre el icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en que trata de probar, con ejemplos específicos, que los ateos no pueden ser buenos ciudadanos; escucha las transmisiones de radio Vaticana”. Esta lista de acusaciones basta para justificar una nueva detención del Obispo Vasyl Velychkovskyi que tiene lugar el 2 de enero de 1969. Esta vez la reclusión durará tres años. Se cumplirán en Kommunarsk, cerca de Donbass, y serán causa de un serio ataque al corazón del Obispo Velychkovskyi.

El 27 de enero de 1972 finaliza el segundo período de prisión. Esta vez se le prohíbe al obispo Velychkovskyi regresar a Lviv. Es enviado a Yugoslavia para que “descanse”. Aprovecha para visitar a su hermana en Zagreb y luego parte para Roma donde encuentra al Patriarca Yosyf Slipyi. Mantiene también una conversación privada con el Papa Pablo VI. Poco después, a invitación del Arzobispo Maksym Hermaniuk, el Obispo Velychkovskyi parte para Canadá.

Desgraciadamente, su estancia en la diáspora ucraniana del Canadá no durará mucho. El 30 de junio de 1973 el Obispo Velychkovskyi muere a la edad de 70 años después de haber ejercido durante 10 años su ministerio episcopal. Aunque su corazón ya no late en su cuerpo, sigue golpeando nuestras almas: “No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días. Mantente fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap. 2,10).

Teniendo en cuenta los testimonios sobre la vida virtuosa del Obispo Vasyl Velychkovskyi y, sobre todo, su perseverancia, su ánimo y su fidelidad a la Iglesia de Cristo durante el período de persecución, el proceso de beatificación dio comienzo con ocasión del año Jubilar. El 2 de marzo de 2001, concluido el proceso a nivel de Eparquía, el caso es trasladado a la Sede Apostólica. El 6 de abril de 2001, la comisión teológica reconoce el hecho del martirio del Obispo Vasyl Velychkovskyi. El 23 de abril es estudiado este mismo martirio por la asamblea de los Cardenales y el 24 de abril de 2001 el Santo Padre Juan Pablo II firma el decreto de beatificación del Obispo Vasyl Velychkovskyi, beato mártir de nuestra fe cristiana.

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