Declaración del Cardenal Joseph W. Tobin sobre la Resolución DACA
La decisión de eliminar gradualmente la orden ejecutiva de Acción Diferida para la Llegada de niños (DACA por su significado en inglés) es maliciosa.
Es evidente y claramente erróneo que esta Administración utilice como herramienta política la vida, el futuro y la seguridad de unos 800.000 jóvenes cuyo único crimen, si alguna vez se puede llamar así, fue que acompañaron amorosamente y obedientemente a sus padres en pos del sueño de la libertad y la oportunidad.
No importa si la administración anterior tenía autoridad para instituir el DACA. Los 800.000 soñadores afectados por la rescisión son personas. Viven en nuestros barrios, asisten a nuestras escuelas, luchan por nuestro país y contribuyen activamente en nuestros centros de trabajo. Ellos están contribuyendo al futuro y la prosperidad de esta nación. Ellos han seguido las reglas que han encontrado en este lugar, siempre rezando para que el Congreso logre tratar y diseñe soluciones inteligentes y de largo plazo a un sistema de inmigración que no funciona.
Uno no puede esconderse detrás del término “legalidad” al rescindir DACA. Eso es un abandono de la humanidad y abandono de jóvenes talentosos y esperanzados que son tan americanos como tú y yo.
LA regla de la ley, como primero, último y siempre, debe proporcionar un código moral humano para organizar, proteger y promover la sociedad basada en los mejores ideales y creencias en nuestros corazones y mentes. La enseñanza católica llama a todas las personas a comprometerse a defender la dignidad de cada persona y a trabajar por el bien común de nuestra nación. Rescindir DACA sin poner en su lugar a través del Congreso una protección equivalente y permanente para estos estadounidenses no desarrolla la sociedad ni ejemplifica nuestros mejores ideales y creencias. Es, más bien, un abandono de la humanidad.
Hoy, la Administración no sólo ha cerrado fronteras; también ha cerrado mentes y corazones.
(Cortesía: http://www.rcan.org)
La “Deferred Action for Childhood Arrivals” (Acción Diferida para las Llegadas de la Niñez – DACA) es una política de inmigración estadounidense establecida por la administración Obama en junio de 2012. Esta política permite que algunas personas que entraron ilegalmente en el país como menores recibieran un período renovable de dos años antes de la deportación y elegibilidad para un permiso de trabajo. A partir de 2017, aproximadamente 800,000 personas -los llamados Soñadores después de la ley DREAM Act- fueron inscritos en el programa creado como DACA.