(Roma) – Hoy celebramos la Conmemoración de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. La Memoria de María, Madre de la Iglesia, se ha insertado en el calendario romano y, a partir de ahora, se celebrará el lunes después de Pentecostés, como se indica en el decreto “Ecclesia Mater” de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, 11 de febrero de 2018, conmemoración de la Santísima Virgen María de Lourdes. El propósito, dice el documento, es “fomentar el crecimiento del sentido maternal de la Iglesia en los pastores, en los religiosos y en los fieles, así como en la verdadera piedad mariana”.
La decisión fue anunciada por un decreto de la Congregación del Vaticano para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El decreto señala que la veneración de María como Madre de la Iglesia tiene raíces antiguas en la tradición católica, que se remonta a San Agustín y San León el Grande. El título, dice el documento, está enraizado en los relatos del Nuevo Testamento sobre María.
“Se ha convertido en la amorosa enfermera de la Iglesia que Cristo en la cruz, al emitir el Espíritu, ha generado”, se lee en el decreto.
“A su vez, en su amado discípulo, Cristo eligió a todos los discípulos como vicarios de su amor a la Madre, confiándolos para que con cariño la recibieran”.
En 1964, al final del Concilio Vaticano II (1962-65), el Beato Papa Pablo VI declaró formalmente a María “Madre de la Iglesia” e invitó a los católicos a invocar la ayuda de María bajo este título.
Durante el año jubilar de 1975, el Vaticano preparó una misa especial, llamada “Misa Votiva”, para María con el título de la Beata María Ecclesiæ Matre, o “Beata María Madre de la Iglesia”, y también aprobó la inclusión del título en varias oraciones en honor a María.
Con el nuevo decreto, la devoción a María como Madre de la Iglesia, ahora se convierte en una fiesta aprobada para la Iglesia universal.
“Esta celebración nos ayudará a recordar que la vida cristiana, para crecer, debe anclarse al misterio de la Cruz, a la oblación de Cristo en el banquete eucarístico, a la ofrenda de la Virgen, Madre del Redentor y de los redimidos”, dice el decreto.
Los textos litúrgicos, así como sus traducciones aprobadas por las Conferencias Episcopales, se publicarán después de la confirmación del Dicasterio.
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