(Gjirokastër, Albania) – La comunidad redentorista interprovincial de Albania ya celebra su quinta Navidad. Como es conocido, Albania vivió la dictadura ateísta-comunista de Europa hasta 1991, que eliminó el sentido religioso de estas fechas. Cuando se estableció el ateísmo oficial del estado, se denominó la Navidad como “fiestas del Año Nuevo” y el árbol de Navidad pasó a ser el árbol de Año Nuevo. Hoy en día, aunque hay libertad religiosa, permanece aún en la gente la importancia del nuevo año por encima de la celebración del Nacimiento de Cristo. Además, católicos y ortodoxos somos alrededor del 21 % de la población, de mayoría musulmana.
Pero antes de que los Redentoristas llegaran al “País de las Águilas” y la dictadura de Enver Hoxha obligara a renunciar a la religión, San Alfonso ya estaba presente en la Navidad albanesa. ¡Sí, San Alfonso! El sacerdote y poeta Dom Ndre Mjeda tradujo al albanés y popularizó el famoso villancico de San Alfonso “Desciendes de la altura”, compuesto por nuestro Fundador en 1754. Su traducción conserva, no sólo el estilo popular y melódico que le confirió el Santo napolitano, sino que además consiguió conservar el sentido de cada una de las expresiones que acercan al creyente al milagro del Dios encarnado.
La cuarta semana de Adviento, además, los Misioneros Redentoristas de Albania hemos celebrado nuestra primera Misión en una comunidad católica del sur del país. Ciertamente es una primera experiencia, que conserva el espíritu misionero itinerante de nuestro carisma. En Gjirokastër, ciudad patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, los católicos son una verdadera minoría: su libro de bautismos recoge unas 70 personas. El corazón de la comunidad es la casa de las Hijas de Cristo Rey, que además tienen una escuela llamada José Gras, como su fundador. La amistad y el deseo de compartir hizo realidad el sueño de una Misión intercongregacional: de la Misión de Kamëz nos desplazamos los Misioneros Redentoristas y las Hermanas Franciscanas de Santa Filippa Mareri, que colaboran con nosotros en Kamëz. Asi, la comunidad de Hijas de Cristo Rey se convirtió en la casa de tres carismas al servicio de la evangelización. También hay que añadir el deseo manifestado por el obispo de esta administración apostólica, pues Gjirokastër nunca ha tenido sacerdote y la comunidad siente un deseo grande de celebrar los sacramentos, aunque son una comunidad muy pequeña.
La Misión se desarrolló durante cinco días. Las mañanas estuvieron dedicadas a la visita a los alumnos de la escuela, mayoritariamente de tradición musulmana y ortodoxa, y a la visita de las familias y la bendición de los hogares. Emocionante fue la visita a Memaliaj, un pequeño pueblo donde ha nacido una Iglesia hace apenas tres meses, gracias al deseo de recibir el bautismo de un joven de 18 años discapacitado. Denis Djego, que así se llama, está llevando de la mano a su familia y amigos al conocimiento de Cristo. Por las tardes había encuentros con los jóvenes, la comunidad católica y celebraciones. La más importante fue una peregrinación a las raíces de la Iglesia Católica en Gjirokastër, hacia el lugar donde estaba la Iglesia antes del comunismo. Los Misioneros, los niños del colegio y los jóvenes pasábamos por las calles de piedra de la histórica ciudad, presididos por la cruz y portando estrellas, sorprendiendo a los viandantes. Un hombre se acercó a la cruz y la besó. Una mujer preguntó qué era aquella manifestación. Pero lo más impactante es que peregrinamos juntos personas de cuatro religiones diferentes, unidos en el deseo de celebrar el amor que nos ha traído Jesús con su nacimiento. En el terreno donde estaba la Iglesia, señalada por una cruz de hierro, oramos y encendimos velas. La peregrinación terminó cantando villancicos y bailando alrededor del árbol de Navidad de la plaza principal. La evaluación de esta primera Misión es muy positiva y nos lanza a continuar por este camino evangelizador.
P. Laureano Del Otero Sevillano CSsR
Misionero Redentorista en Albania