(Roma) – La formación de docentes sigue siendo un tema muy urgente y un tema de interés renovado dentro del panorama académico de las universidades estatales y pontificias. Es precisamente a partir de esta instancia siempre actual, que en la tarde del 23 de mayo, desde las 3 de la tarde hasta las 7, varios profesores de la Academia Alfonsiana regresaron alegremente a los bancos, para estudiar en profundidad las cuestiones didácticas y las estrategias de enseñanza renovadas. La hermosa y animada lección del prof. Andrea Porcarelli, profesor asociado de pedagogía general y social en la Universidad de Padua, quien ofreció a los presentes una imagen muy interesante de la especificidad que caracteriza las técnicas de enseñanza, profundizando también la dimensión generativa humana y constitutiva, que hace que la enseñanza sea un arte, nunca estático, sino siempre perfectible y renovable.
Este intenso seminario, que involucró a un gran número de docentes hasta el final de la reunión, tuvo lugar en tres momentos progresivos. En el primero, el prof. Porcarelli ha aclarado los puntos más significativos de la identidad histórica y teórica de la enseñanza, destacando su identidad dinámica a lo largo del tiempo y subrayando su constituyente específico. La enseñanza no se puede resolver de forma exclusiva y más estandarizada que comúnmente la identifica como la entrega de una lección individual por parte del profesor, sino que también se califica como un proceso relacional intenso con el aprendiz metacognitivo y cognitivo al mismo tiempo, en el que las habilidades múltiples, ambos logrados intuitivamente, y perseguidos técnicamente, destacando cómo en el conocimiento, saber cómo enseñar, saber cómo ser, aparecen aspectos inseparables de la realidad humana y la identidad del maestro.
El segundo momento involucró una transición más laboratorial, en la que las técnicas explicadas en la primera fase cobraron vida y se pusieron en práctica en el trabajo de los grupos, durante el cual los maestros intentaron concretamente de desarrollarlo, profundizando el tema tratado en la primera parte de la lección. Aquí, de hecho, esa actividad paciente que es la comunicación como confrontación y diálogo, con el momento activo de la palabra, pero también con el paciente silencio acogedor del otro, que es la escucha, se concreta. A partir de esta confrontación mutua en el aula, surgieron los resultados de la reflexión comunitaria que dio origen a la fase del tercer momento. El de cotejar los datos ofrecidos por los grupos, con la aclaración de las dudas y los problemas que surgieron, pero también de los aspectos positivos y aclaró aún más su actividad docente, gracias a la lección del prof. Porcarelli, quien finalmente supervisó y comentó los resultados, ofreció las valiosas estrategias actuales e indicó posibles caminos.
Una tarde intensa y muy productiva, por lo tanto, iluminada por la máxima de San Alberto Magno, que quiso ser desde el principio de la reunión un método y una entrega por parte del prof. Porcarelli confirmando que la comunidad amable es la base de la búsqueda de la verdad:
en dulcedine societatis quaerere veritatem.
Cristiana Freni